¿Qué es la cocaína?

La cocaína es un potente estimulante del sistema nervioso central y una de las drogas más adictivas y peligrosas.

Se trata de una droga que se obtiene a partir del procesamiento químico de las hojas del arbusto de coca Erythroxylum coca. A finales del siglo XIX, se consiguió aislar el principio activo contenido en estas hojas y surgieron diversas formas de consumo de la cocaína (esnifada, fumada, inyectada, etc.) que producen efectos más rápidos e intensos que la hoja mascada y por tanto aumentan el riesgo de desarrollar adicción y dependencia.

Existen diferentes preparados a partir de esta droga:

  • Cocaína en polvo o clorhidrato de cocaína. Es la forma habitual de presentación de esta sustancia en España. Se suele consumir esnifada (aspirada por la nariz). Aunque menos frecuentemente, también se usa por vía inyectada, en ocasiones mezclándola con heroína, lo que da lugar a un producto que los consumidores denominan speed-ball (pelotazo).
  • Basuko o pasta de coca: Es sulfato de cocaína y se fuma mezclado con tabaco o marihuana.
  • Crack o cocaína base: Se consume fumada y su efecto es rápido, intenso y breve. Es muy adictiva.
En el argot callejero, a la cocaína se la conoce por diferentes nombres: coca, perico, farlopa, merca, dama blanca, nieve, etc.

¿Cómo se consume?

Se consume principalmente esnifada (rayas o tiros) o fumada (chinos, base).

  • Esnifada el efecto suele durar unos 15-45 minutos. En ocasiones puede durar hasta 90 minutos si es un consumo compulsivo.
  • Fumada el efecto se consigue más rápido, sin embargo tan sólo dura entre 5-10 minutos.
El consumo simultáneo de alcohol y cocaína provoca un aumento de la toxicidad.

¿Qué efectos produce?

  • Euforia y pensamiento acelerado.
  • Sensación de aumento de energía y lucidez.
  • Hiperactividad motora y verbal.
  • Inquietud, ansiedad e insomnio.
  • Disminución del apetito y de la sensación de fatiga.
  • Aumento de la presión arterial y taquicardia.
  • Sudoración y dilatación de las pupilas.
  • Aumento de la temperatura corporal.
  • Ansiedad intensa y ataques de pánico.
  • Irritabilidad y ansiedad.
  • Agitación psicomotora.

¿Qué consecuencias tiene?

Se trata de una sustancia altamente adictiva que produce una importante dependencia. Además entraña consecuencias tanto físicas como psicológicas:
  • Lesiones en la mucosa de la nariz y en el tabique nasal.
  • Trastornos mentales graves como depresión.
  • Estados paranoides o celotipias.
  • Disfunciones sexuales y alteraciones del sueño.
  • Arritmias.
  • Muerte por sobredosis (angina de pecho e infarto agudo de miocardio, hemorragia cerebral).
  • Convulsiones.
  • Desarrollar una adicción*

*Según la OMS la adicción es una enfermedad física y psicoemocional que crea una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación.

Y además…

El consumo de cocaína suele acompañarse con un bajo rendimiento académico y/o laboral, crisis familiares, pérdida de amistades y de entornos positivos, aislamiento social… pero también consecuencias legales y judiciales, problemas económicos, riesgos laborales y accidentes de tráfico.

La cocaína actúa en el cerebro modificando los circuitos responsables de la gratificación y del placer. Su consumo continuado reduce la capacidad de los consumidores de experimentar placer de forma natural (a través del sexo, la comida…) y les hace menos sensibles a las gratificaciones y emociones. Por esto, la cocaína resulta tan adictiva.

La adicción se produce tras periodos de consumo más o menos largos que no tienen por qué ser diarios, y se ha comprobado que, incluso pequeñas cantidades de cocaína, pueden producir tolerancia y cambios cerebrales relacionados con la adicción. Esto hace que los consumidores, especialmente los de fin de semana, tengan en muchas ocasiones una falsa sensación de control y no perciban el problema.

El consumo de cocaína puede producir problemas físicos y psicológicos además de adicción. El consumo habitual afecta al funcionamiento cerebral y puede provocar trastornos psíquicos como ideas paranoides (de persecución, de grandeza…) o depresión, y desencadenar cuadros de psicosis y esquizofrenia. También provoca daños muy importantes en los sistemas circulatorio y respiratorio y complicaciones neurológicas y gastrointestinales.

A estos daños hay que añadir los propios de la vía de administración. Si la vía es nasal puede provocar pérdida del olfato, hemorragias nasales, ronquera o incluso la perforación del tabique nasal; en el caso de inyectarse puede provocar reacciones alérgicas a la propia droga o a algunos de los componentes con los que se adultera, así como enfermedades infecciosas asociadas a la vía endovenosa (VIH, hepatitis, etc.).

La dependencia de la cocaína es una de las más intensas. La supresión de su consumo tras un período prolongado da lugar a un fenómeno de rebote, caracterizado por somnolencia, depresión, irritabilidad, etc.

Situaciones de especial riesgo

Todo consumo implica un riesgo pero éste es mayor en algunas circunstancias:

Policonsumo

Mezclar cocaína con otras sustancias aumenta los riesgos y las consecuencias negativas. Su uso combinado con el alcohol es altamente peligroso.

Adolescencia

Los riesgos y la posibilidad de generar dependencia son mayores cuanto menor es la edad de la persona consumidora.

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Embarazo

La cocaína atraviesa la barrera placentaria, por lo que afecta directamente al feto y puede provocar daños en su desarrollo o incluso abortos espontáneos.

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Consumo recreativo

La mayoría de los adictos a cocaína comenzaron consumiéndola de forma esporádica, simplemente por diversión, quitando importancia a los riesgos derivados del consumo que, al no ser diario, no se percibe como peligroso.

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Vulnerabilidad genética

La rapidez con que se llega a la adicción y su intensidad son distintas en cada persona, dependiendo, entre otras cosas, de factores genéticos. Hay individuos más vulnerables que otros, aunque no se conoce a priori el grado de vulnerabilidad de cada persona.

Cocaína y alcohol

Se ha demostrado que existe una interacción muy peligrosa entre la cocaína y el alcohol. Cuando se usan conjuntamente, el organismo las convierte en etileno de cocaína. El efecto del etileno de cocaína en el cerebro es más duradero y más tóxico que cuando se usa cualquiera de estas drogas por separado.

Combinar sustancias aumenta los riesgos

La mayoría de los estudiantes consumidores de cocaína, consumen además otras drogas, especialmente alcohol, cannabis y tabaco. Esta combinación aumenta los riesgos, ya que a los que tiene de por sí el consumo de cada droga por separado hay que añadirle los que se producen por mezclarlas.

Síntomas de que hay un problema de abuso o adicción
  • Cambio brusco en el cuidado y aseo personal.
  • Trastornos del sueño con insomnio y/o pesadillas y temblores.
  • Pérdida de peso o apetito excesivo.
  • Disminución del rendimiento escolar o abandono de los estudios.
  • Aislamiento físico, tendencia a aislarse en su habitación.
  • Disminución de la comunicación verbal y afectiva.
  • Empobrecimiento del vocabulario.
  • Abandono de aficiones e intereses.
  • Cambios bruscos de humor.
  • Pérdida de responsabilidad.

¿Qué hacer ante la sospecha o evidencia de consumo?

Cuando una persona comienza a tener problemas o ya ha desarrollado una adicción necesita mucha ayuda de su entorno. Debido a la naturaleza propia de la enfermedad es muy probable que la persona afectada no se dé o no se quiera dar cuenta de que tiene un problema. En general, el diálogo es una herramienta clave para afrontarlo.

Ante la sospecha

Cuando el entorno sospecha que alguna persona próxima, consume drogas o está llevando a cabo conductas que podrían desembocar en algún otro tipo de adicción hay que mostrarse comprensivos pero firmes. Existen cosas que conviene hacer y otras que no:

Hay que…

Dialogar, dar la importancia justa. creer lo que se ve, compartir la preocupación, confrontar, supervisar sin presionar.

No se debe…

Juzgar, dramatizar, negar la evidencia, ocultar información, encubrir, agobiar con reproches

Ante la evidencia de consumo

Cuando sea evidente, hay que pedir consejo inmediato. Acudir a un centro especializado para recibir indicaciones precisas. Conviene saber que hay una serie de cosas que se pueden hacer y otras que no conviene que se hagan.

Hay que…

Dialogar y analizar las circunstancias que llevaron al consumo, mantener el autocontrol emocional, ofrecer ayuda para que nos vean como alguien a quien recurrir, mostrar afecto, dedicar más tiempo y prestar más atención, entender que se está ante una persona que tiene problemas y no “ante un problema”.

No se debe…

Desesperarse, culpar, ni “echar en cara” todo lo que se ha hecho por él o por ella, convertirse en su perseguidor/a, criticar de forma continuada y violenta su comportamiento. Utilizar el castigo como único recurso para evitar que continúe consumiendo, acosar continuamente con preguntas, sospechas, acusaciones, pues ello sólo conseguirá que se alejen cada vez más sin pedir ayuda.

Existe tratamiento

En la actualidad, todas las adicciones son consideradas como una enfermedad que requiere un tratamiento multidisciplinar y personalizado.

Ante cualquier problema relacionado con las adicciones se aconseja acudir a un centro de tratamiento específico directamente. Puedes consultarnos por teléfono, en persona, por mail o buzón anónimo. Sin coste. Todas las opciones son válidas para ayudarte.

MITOS Y REALIDADES SOBRE LA COCAÍNA

Mito

La cocaína da marcha

Mito

Mejora las relaciones con los demás ya que ayuda a desinhibirse.

Mito

Las relaciones sexuales bajo los efectos de la cocaína son más satisfactorias.

Mito

La cocaína es una droga menos peligrosa que otras sustancias.

Mito

No pasa nada si sólo se consume los fines de semana.

Mito

Su uso es fácil de controlar.

Información sobre adicciones

Nuestro bloque de prevención incluye además información sobre otras sustancias y riesgos asociados