Se da cuando una persona intenta controlar o vigilar a otra persona. Puede ser el inicio de violencia psicológica y en ocasiones la antesala de violencia física.

Doble check:
Si se envía un mensaje y la persona lo lee, no tiene que responder instantáneamente. Puede que quiera o necesite responderlo más tarde.

Estado en línea:
Vigilar continuamente si una persona está o no en línea o interactúa en redes no es sano.

Última hora de conexión:
Si te dice que se va a dormir a las 11 y ves que su última conexión fue a las 4 de la madrugada, no es señal de que haya estado hablando con otra persona hasta esa hora.

Si da like a otras fotografías:
Si es algo que te quita paz mental debéis hablarlo de manera sana para que no termine en obsesión, o trabajar aspectos personales de inseguridad o falta de autoestima.

Es una práctica en la que una persona genera contenido de índole íntimo y sexual para compartirlo de manera voluntaria con otra persona.

Si recibes fotografías de índole sexual:
1. Si las has recibido de tu pareja, asegurate de que han sido enviadas sin presiones y con confianza mutua.
2. Elimina del teléfono y de la nube las fotos recibidas.
3. Recuerda que difundir o enseñar las imágenes recibidas a terceras personas es un delito.

Si decides hacer sexting:
1. Infórmate de los riesgos, y de que lo haces sin presiones ni precipitación. Valora si confías en la persona a la que se lo envías y que ésta protegerá tu intimidad. Y sobre todo, valora si te apetece hacerlo.
2. Piensa bien qué tipo de imagen o vídeo quieres enviar y excluye partes que puedan identificarte (cara, tatuajes…).
3. Borra las imágenes y pide a quien se las envías que haga lo mismo después.
4. Ten en cuenta que las imágenes instantáneas o de sólo una “vista” también pueden ser capturadas.
La única forma de no poner en riesgo tu intimidad con el sexting es no enviando fotografías íntimas.

El gossip es un fenómeno grupal que lleva el cyberbullying al extremo. Consiste en el uso de redes sociales para difundir rumores, no necesariamente ciertos, para minar la imagen de una persona. Si va más allá del bullying, es porque la vejación es pública.

¿Qué hacer para pararlo?

  • Si difundes rumores o informaciones sobre una tercera persona puedes dañar su interior.
  • Ponte en lugar de la víctima y no temas acompañarla frente a quien acose.
  • No seas cómplice de un ciberacosador. Si te envían algún tipo de información en donde se humilla o avergüenza a un amigo, compañero de clase, no la difundas.

¿Qué hacer si lo sufres?

  • Si te acosan, guarda pruebas del acoso para mostrarlas a una persona adulta.
  • Es mejor no atender a las provocaciones, ignóralas.
  • Cuéntaselo a una persona adulta, como tus padres, profesores o alguien en quien confíes.
  • Recuerda que puedes denunciar a tus agresores. 
Se da cuando una persona llena de mensajes, gestos de amor y atenciones excesivas a otra, y existe una intención oculta de manipulación.
Pasado un tiempo, la persona halagada se percata de que estas demostraciones de afecto no son genuinas, la persona manipuladora empieza a mostrar su verdadera personalidad apareciendo conductas de obsesión, control y en situaciones, maltrato.

Puedes identificarlo si comienzas a idealizar a esa persona debido a sus halagos y regalos. Ten en cuenta que no es sano creer que alguien puede amarte tan intensamente de un día para otro.

Cuando existe algún aspecto tuyo que escapa a su control, aparece el castigo o la desaprobación. Así, comienza a generar en ti, sensación de culpabilidad o de no haber sabido corresponder a sus atenciones previas. 

Aparece el chantaje emocional con “amor de ida y vuelta”, es decir, reproches por no devolver o satisfacer deseos que esa persona te ofreció al principio de la relación. Pretende invertir los roles con la intención de perpetuar la conducta de dominación sobre ti.

Cuando alguien nos da un like, en nuestro cerebro se libera dopamina.
Es la misma sustancia que se libera cuando experimentamos placer, y hace que queramos repetir continuadamente en una espiral de más y más respuestas positivas.

Es normal que te alegres de tener likes, pero reflexiona cómo te hace sentir no tenerlos. Nunca deben ser imprescindibles para que estés feliz.

La valoración que los demás hacen de ti es importante, pero la tuya de ti, más. No pongas el foco en lo que los demás opinan para buscar su aprobación. 

Presta atención a los contenidos y publicaciones. Reflexiona si es algo que deseas hacer y compartir por propia intención, o es algo que realizas para aumentar tus likes.

Desaparecer sin avisar, sin dar explicaciones y de un día para otro de la vida de una persona con la que se estaba manteniendo cierta relación afectiva, bien bloqueando o dejando de contestar.

Si te hacen ghosting:
El rechazo inesperado puede producir un estado de enorme confusión y angustia, ya que no se comprende qué ha ido mal.
1. No busques motivos ni esperanzas de que aparezca. 
2. No es tu “culpa”. Es responsabilidad de quien lo hace.
3. Lo primero eres tú. Céntrate en aquellas relaciones que sí te aportan y donde sientes reciprocidad. 

Si haces ghosting:
1. Ten responsabilidad afectiva y empatía. Nuestros actos tienen consecuencias en otras personas y debemos prestar atención a cómo nos relacionamos.
2. La responsabilidad afectiva nos lleva a tener en cuenta a la otra persona y sus emociones, aunque no a responsabilizarnos de ellas.
3. Trabaja tu comunicación. A veces una mínima explicación es suficiente para poner fin a una relación. 

Se da cuando una persona persigue a otra de forma obsesiva a través de mensajes, llamadas, persecución, etc.

¿Cómo prevenirlo?

  • Dar y hacer pública la mínima información personal posible en las redes sociales o a través de cualquier programa o aplicación virtual.
  • Configurar adecuadamente las opciones de privacidad de nuestros dispositivos y aplicaciones. (Eliminar metadatos, quitar la ubicación de las fotos…)
  • Utilizar contraseñas muy seguras y diferentes para cada cuenta. Cámbialas cada cierto tiempo y que contengan letras, números, mayúsculas, minúsculas y símbolos.
  • No compartas esta información sobre contraseñas con nadie.
  • No aceptes personas extrañas o desconocidas en tus redes sociales. 
Se da cuando un adulto a través de las redes crea vínculos con menores y su intención es ganarse su confianza para obtener imágenes o información de contenido íntimo y sexual. La persona adulta no siempre revela su identidad y puede recurrir al chantaje.
Suele seguir un patrón: tras la creación del vínculo de confianza, el adulto cataloga esa relación como “especial y secreta”. Se asegura de que nadie más conoce de esa relación, y poco a poco va introduciendo elementos de contenido íntimo y sexualizado.
  • No reveles información personal relevante, ni datos a personas desconocidas en redes.
  • Las redes nos permiten interactuar con muchas personas pero también nos dan una falsa sensación de cercanía o conocimiento
  • En realidad no sabemos quien está al otro lado. Sólo sabemos lo que nos dice.
  • Sospecha si la otra persona te pide que las conversaciones sean secretas.
  • Si vas a conocer a alguien que no has visto nunca en persona, hazlo siempre en compañía de personas adultas y en lugares públicos.
  •  Si se enfada porque no respondes inmediatamente a los mensajes. 
  •  Si te controla a través del móvil o las redes sociales.
  •  Si censura las fotos que subes y compartes en redes sociales.
  •  Si te exige que mandes tu ubicación y demuestres dónde estás.
  •  Si interfiere en tus relaciones con otras personas.
  •  Si te pide que proporciones tus claves o contraseñas.
  •  Si te espía el móvil.
  •  Si te presiona para que envíes imágenes íntimas.
  •  Si te obliga a que muestres el chat con otra persona.

Ante estas situaciones, hazte fuerte y para esas conductas de inmediato. Aunque estés en una relación debes tener libertad como persona individual. Puede que debas comenzar a reflexionar si estás dentro de una relación con la persona adecuada. 

No busques completar tu media naranja, ya eres una naranja completa.

Las personas que aprenden y crecen en su propio desarrollo personal tienen la capacidad de relacionarse y dar afecto. Están llenas, completas, y dan sin pedir nada a cambio. Como tienen “de sobra” no piden “afecto de vuelta”. 

Una relación sana implica respeto, cuidado de ambas partes, libertad de espacios, sinceridad en la comunicación, hacer sin esperar nada a cambio. 

Trabaja en ti, y en tu propio reconocimiento, validación y respeto.

Es mucho más fácil encontrar reciprocidad cuando las dos partes de la relación se sitúan desde posiciones sanas, seguras y con sensación de confianza y autovalidación personal.