Todos los días llega alguien a AMAT

      Están los que acuden por primera vez, a veces llegan solos y otras veces acompañados por sus familias. Ambos tienen que enfrentarse a sus miedos, sus nervios y a su cruda realidad. Casi siempre saben que tienen que afrontar su problema, la dependencia a una o varias sustancias, pero no siempre lo acaban haciendo. Saben que necesitan ayuda para poder vivir sin que las sustancias (sea alcohol, cocaína, heroína, cannabis…) controlen toda su vida, han perdido la libertad de pensar, de elegir, de ser ellos/as mismos/as. Casi nunca es pronto cuando deciden afrontar su problema de adicción, pero sí a tiempo de hacerlo, así que llegan con una mochila que les acompaña de problemas personales, familiares, jurídico – penales, sociales, de salud …. Todos consecuencia de sus actos, y todos hay que ir afrontándolos, hasta que la mochila se quede vacía para llenarla con un futuro lleno de nuevos proyectos.

      La primera cita, siempre nos dice por dónde van a ir todas las demás, que de ir todo bien, serán muchas. El ritmo nunca es el mismo, depende de quién inicie la marcha y de cómo la haga. En ese camino contará siempre con nuestro apoyo, siempre que los pasos que dé sean para afrontar su drogadicción.

      Son los primeros protagonistas de AMAT, nuestros pacientes dan sentido a nuestro trabajo durante todos estos años, sin ellos nosotros no estaríamos y les debemos todo nuestro apoyo y todo nuestro reconocimiento y agradecimiento porque han afrontado su lucha a nuestro lado.

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      Los que los acompañan lo tienen más claro, pero no son los primeros protagonistas, más bien son los que sufren en silencio viendo lo que les viene, no siempre saben lo que es tener un hijo/a, una pareja o un padre/madre drogodependiente, pero hablan desde el agotamiento, la desesperación y la impotencia ante todo lo que ocurre, no saben porqué les toca sufrir tanto, quieren que todo cambie y no saben qué ellos también tienen que aprender a vivir con la enfermedad de su ser querido y ser parte activa en el largo camino que hay que recorrer para afrontarlo. Se sientan frente a nosotros, los profesionales, esperando una respuesta mágica e inmediata y se desesperan cuando ven que la decisión más importante la tienen que tomar los que se sientan a su lado y no ellos, y que muchas veces el tiempo pasa y no ven ningún cambio y ninguna mejoría de sus vidas.

      Otras veces salen esperanzados de nuestros despachos porque salen con unas pautas a seguir, que su hijo está cumpliendo y ven como sus vidas cambian de dirección hacia otro futuro y los vemos alegres, optimistas y muy agradecidos. Son los familiares de los drogodependientes, los segundos protagonistas de AMAT porque han compartido sus vidas con nosotros, tantos momentos llenos de dolor, de desesperación, de esperanza, de alegría, y porque han luchado por sus seres queridos y porque sin ellos, sin su apoyo, nuestros pacientes se hubieran sentido solos.

      Son para nosotros también merecedores de nuestro apoyo y reconocimiento, porque han aprendido a entender la enfermedad de sus afectados a nuestro lado.

     Son ambos los que llenan nuestros días en AMAT.

 

Arantza Castañón Mantilla

(Trabajadora Social de AMAT)

 

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